El 4 de Noviembre se estrenará el documental «Sueños Colectivos«/»Rêves Collectifs» en Clermont-Ferrand dentro de su espacio Les Lundis Libertaires.
A la proyección de Sueños asistirá el historiador e investigador Raúl Mateo Otal, que participa en la película.
Gracias por difundir las ideas de Sueños!!
El próximo jueves, a las 19:30 horas, tendrá lugar la proyección del documental «Sueños Colectivos» en Monzón, dentro de las jornadas Otoño Libertario.
Los actos son organizados por CNT Zinca. A la proyección de Sueños asistirá Luis Hernández de Albalate de Cinca, que participa en la película.
Gracias por difundir las ideas de Sueños!!
De nuevo en Francia para comenzar el año.
La Asociación Ciné-Club La Caza de Pompéjac ha organizado una sesión doble para la tarde del sábado 26 de Enero para rememorar y debatir la vida en colectividad. A las 18:00 horas se proyectará «Sueños Colectivos» y a las 21:00 horas «Tierra y Libertad» de Ken Loach.
Muy contentos y agradecidos.
Gracias por difundir las ideas de Sueños!!
El MUSAC, Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y Léon, en colaboración con la revista Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas, ha seleccionado «Sueños Colectivos» junto a otros títulos para integrar el IV Ciclo Itinerante León Film Rural bajo el título «Luchas rurales, desastres globales y sueños colectivos«.
Las proyecciones de «Sueños Colectivos» comenzarán el 15 de Julio en el Museo de la Industria Harinera de Castilla y León en Gordoncillos; el 18 de Julio en la Casa de la Cultura de Santa Lucía de Gordón; el 3 de Agosto en las Escuelas de Burbia; el 4 de Agosto en la Casa de la Cultura de la Cuesta en Truchas; el 18 de Agosto en la Sala de usos Múltiples del Ayuntamiento de Riaño; 21 de Agosto en la Casa de Cultura San Martín de Mansilla de las Mulas; cerrando el viaje el 7 de Septiembre en el Salón de Actos del Museo de Arte Contemporáneo de Castilla León.
Gracias a todxs lxs participantes por difundir las ideas de Sueños.
En el verano del 2013 comenzamos una nueva aventura documental. Nos fuimos dos personas, con una cámara y un micro, a grabar varias entrevistas a Francia. Estuvimos en Julio y Agosto en Toulouse, Thil, Perpignan, Pia, Argelès-sur-Mer, Cerbère y Vierzon. Volvimos con historias de vida de esas que escuchadas una detrás de otra te dejan atrapado, sin respuestas, porque dibujan el dolor de toda una época. El relato que vamos a componer va a ser duro, muy duro. No es para menos. La historia lo requiere. Y quizás nos quedemos cortxs, y no seamos capaces de asimilar tanto dolor, tanto desgarro, tantas emociones, para luego contarlas con el tono preciso, la fuerza necesaria, la caligrafía requerida. Sí, la caligrafía. Porque esta película nunca antes contada, nunca antes narrada en su globalidad, necesita de una caligrafía especial, que le aporte una imagen lumínica de inmensa belleza porque hay grandes historias por alumbrar, pero que también le aporte una imagen del terror cuando el hombre se empecina en alejarse de su condición más humana.
Pero esta historia realmente no empezó en el verano del 2013. Viene de atrás, de la grabación de nuestro anterior trabajo “Sueños Colectivos”, donde nos encontramos a una serie de mujeres magníficas que en paralelo al relato sobre la vivencia colectiva durante la guerra, nos hablaron con desgarro de su condición de refugiadas. Ese sí es nuestro punto de partida. Esa sí, es nuestra película.
Sigue leyendo detenidamente toda la información. Revisa la estética, las condiciones de trabajo y la presentación del equipo artístico para el nuevo documental. Si quieres colaborar con nosotrxs de alguna manera, escríbenos a
Si quieres colaborar dibujando en la película, escribe directamente a Marco a
Gracias por vuestra colaboración.
“Flores en el hielo” es una película sobre resistentes. Mujeres resistentes. Retratos de mujeres con la flexibilidad y la resistencia del bambú, que ante la adversidad no se doblegan, o que precisamente debido a esa adversidad sí que se doblegan, para no romperse, crecen, evolucionan, resisten con dignidad, hacen de su desgracia su fortaleza, rompen el hielo exterior que les atenazaba.
Porque “Flores en el hielo” quiere ser un sentido homenaje a aquellas mujeres que tras la Guerra Civil española, se vieron forzadas a abandonar su casa, su pueblo, su tierra y huyeron como refugiadas a Francia, al norte de África o a México, o se vieron obligadas a permanecer en España, atrapadas, presas y represaliadas, en una especie de exilio interior, tejiendo la vida alrededor de los campos de concentración, las cárceles o penales, o invisibles y humilladas, conviviendo con los vencedores de la guerra, calladas, sin una queja, sin levantar la vista, vagando sin hacer ruido por tierras yermas.
Las mujeres que vivieron como protagonistas aquellos días, aún niñas, con el hambre atravesada, las muertes de la guerra aún en la retina, con el hedor a carne quemada por la metralla de las bombas, con la memoria dormida y el corazón helado, serán protagonistas de nuestra historia, porque además de ser exiliadas, refugiadas, humilladas, represaliadas, perdedoras de una guerra, el hecho de ser mujeres les multiplica exponencialmente su factor de invisibilidad, y pese a ello son el mejor de los ejemplos de dignidad en la boca del infierno, cuando el tiempo se paró bajo la tormenta.
Y es que en “Flores en el hielo” damos toda la voz a mujeres, que pese a tener todo en contra tienen una historia prodigiosa que contar. Ellas ni siquiera han recibido un reconocimiento tardío de los “suyos”. Algunos, unos pocos, muy recientemente han sido protagonistas mediáticos de la resistencia contra los alemanes, del maquis, de la guerrilla. Ellas no, nunca. Tampoco pertenecieron a la Nueve, la compañía de republicanos que entró primera en la liberación de París. Hay una constante en el discurso hegemónico, venga de donde venga, la épica es para el hombre. La mujer es secundaria, marginal, si no invisible, aunque el contexto sea tan duro como escapar de una guerra para caer en otra, huir de los campos de reclusión españoles para caer en los franceses o después bajo mandato alemán, dejar atrás el hambre y la enfermedad de la guerra para ahondarlo en la mayor de las oscuridades en la postguerra.
“Flores en el hielo” viene a romper el discurso hegemónico, a contar lo que nunca nos han contado, porque nunca ha interesado, porque mostrar la imagen avergonzaría a más de uno, y serviría de ejemplo para lo que no hay que repetir. “Flores en el hielo” nace con vocación de ser una película distinta, con voz propia, con una nueva forma de narrar explorando los límites de la realidad y la ficción.
Muy cerca del movimiento Dogma, en el pensamiento de que la imposición de límites da una mayor libertad en la experiencia creadora, “Flores en el hielo” la entiendo únicamente como una película dibujada en B/N (únicamente la voz en off va en color por contraposición onírica frente a la realidad) sobre mujeres resistentes y donde ellas sean las únicas protagonistas. Una mancha de sangre en la nieve, 100.000 figuras humanas hambrientas hacinadas sobre la arena de una playa francesa hecha campo de concentración o la entrada del ejército nazi en una ciudad muda e inmóvil reflejada en la retina de una niña. Cada secuencia tendrá su propia estética, la que pida la historia narrada, pero las influencias están allí latentes antes de partir de puerto, en la explosión visual del “Guernica” de Picasso, la fuerza expresiva de Antonio Saura, el expresionismo figurativo de Jan van Eden, la relectura poética del “Guernica” de Alain Resnais, la vuelta de tuerca que plantea Lule Soler al deslumbrante color y mundo onírico narrativo de Marc Chagall, o las propuestas de novela gráfica, como el imprescindible universo de realismo oscuro, detallista y explícito sobre el horror de la guerra de Jacques Tardi en obras como “El grito del pueblo”, “¡Puta guerra!” y “La guerra de las trincheras (1914-1918)”.
Cuando comenzamos a trabajar en el documental con lxs dibujantxs que están embarcados en él y contesté a la pregunta de qué buscaba en la película, les dije que era imprescindible distanciarnos de las clásicas películas documentales históricas compuestas por la cara de una persona entrevistada e imágenes de archivo. Yo esa película ya la he hecho y no la quiero repetir. Esa es una forma del pasado que para mí ha muerto. Si a esta película documental sobre nuestro pasado no le damos un tratamiento de ficción, y si no ponemos todo nuestro empeño en darle belleza y aspereza por igual, volveremos a hacer de nuevo la misma película del pasado, y por tanto el empeño se convertirá en fracaso antes de nacer. Sólo en los límites del documental y de la ficción encontraremos nuestro propio ser. Sólo impregnando de belleza y del mayor de los horrores visuales conseguiremos resaltar la voz real de nuestras protagonistas que nos abre nuestro pasado en dos y dibuja una época. Sólo impregnando de belleza y del mayor de los horrores visuales conseguiremos no hacer una película más sobre la guerra civil y la postguerra, de esas que a muchos les puede llegar a interesar pero guardan en su estantería cogiendo polvo y que nunca acabarán de ver. Indiscutiblemente queremos hacer la película que muchos esperamos desde hace mucho tiempo, esa que está por hacer, esa que nos responda preguntas del pasado, que cierre heridas o que las abra en canal, pero también que nos duela y que nos conmueva, que nos revuelva por dentro, que no estemos cómodos en nuestro sillón y no nos deje tranquilos en mucho tiempo, que nadie salga indiferente al verla, que nadie mire hacia otro lado aunque quiera hacerlo, porque la película habla de todxs nosotrxs, es un espejo que refleja nuestras miserias pasadas y presentes, pero también todo lo mejor de nosotrxs mismxs, y que además, por supuesto, se debe convertir en toda una experiencia estética, artística, sensorial.
¿Qué es lo que busco en el estilo de las nuevas colaboraciones? Si os puedo contestar en términos cinematográficos quisiera que la cámara estuviera en el centro de la acción, no quiero una cámara que fotografíe un posado de la acción, que sea un mero espectador de la acción sino que su situación se acerque tanto, que su punto de vista esté en el interior de la acción. Por tanto quiero un dibujo más físico, más cercano, más humano, más emocional. Y por eso todo dibujo generará una profundidad de campo en la que el primer término, el primer plano se dotará de una gran definición, con una gradación de definición en la profundidad de campo, y con un difuminado en las partes más en segundo plano y que no queremos resaltar de la acción. Tendría por así decirlo un toque cinematográfico en cuanto al enfoque del primer plano y desenfoque del fondo del plano, y estaría íntimamente emparentado con las corrientes cinematográficas que aligeran equipos de rodaje y toman la cámara al hombro y apuestan por acercarse a la acción, dejando los estudios y saliendo a la calle a retratar la realidad.
Llevamos más de un año dibujando la película y contamos con un magnífico equipo formado por 24 dibujantes, pintorxs e ilustradorxs: Ángeles Calvo (dibujante), Bea Galiana (ilustradora), Ascensión González Lorenzo (ilustradora), Lule Soler (dibujante), Elisa Lozano Chiarlones (dibujante), Alejandro Hernández Mayor (dibujante), Daniel Viñuales (dibujante), Paula López Martín (dibujante), Eugenio Muñoz «Meño» (ilustrador), Elena Gromaz (ilustradora), Guillermina Muñoz (dibujante), Óscar Guillén Siemens (dibujante), Ymikai (ilustrador), Javi Cañadas (dibujante), Sig Luigi (dibujante), Juan Jakonelove (dibujante), Javier Sprang (ilustrador), Amparo Baixauli (ilustradora), Vicent Ros (dibujante), Begoña Górriz (ilustradora), Raúl Rodríguez (retratista), Antonio Miguel Rivero López (dibujante), Silvia Mulio (ilustradora) y Carlos Azagra (dibujante).
Pero aunque el trabajo realizado hasta ahora es magnífico, necesitamos más manos para que nos ayuden a dibujar, a componer, a desarrollar y dar sentido a la película. Aquí os dejamos una muestra de su trabajo y os animamos a participar en esta película que es una gran oportunidad para todxs.
Nací en Novelda (Alicante). Cuando empecé a escoger lo que quería estudiar me decanté por las Artes. Empecé en la Escuela de Artes y Oficios y acabé en Bellas Artes pasando por la Grecia del mar y la mitología. La escultura en piedra podría ser aquello que llamo «mi especialidad» en las artes, pero paso más tiempo con el lápiz sobre el papel: el dibujo me apasiona.
Como digo en el vídeo, una de las cosas que me gusta hacer es ilustrar, me gusta hacer y deshacer muchas cosas: CREAR.
También creo en el teatro y creo teatros. Todo esto conjuga en las ilustraciones del documental «Flores en el hielo«.
Nací en el Mediterráneo, al sur (Cádiz, 1973) y fui subiendo poco a poco hasta llegar a Valencia, donde estudié BBAA y resido en la actualidad. Llegada esta edad, puedo decir que he dedicado casi la mitad de mi vida a la educación y enseñanza, labor en la cual estoy inmensamente feliz y agradecida al alumnado que me soporta. Soy profesora de Pintura, Dibujo y Artesanía para gente adulta en la Universidad Popular de Valencia. He hecho paralelamente encargos por cuenta propia y nunca he dejado de experimentar con materiales y desarrollar mi estilo figurativo combinado con cierto surrealismo y abstracción. Desde hace algo más de un año me he volcado (lo que me permiten mis obligaciones) en el documental “Flores en el Hielo” y estoy atrapada voluntariamente en un Síndrome de Estocolmo con el papel, los lápices y la acuarela. Mi experiencia práctica con las imágenes en movimiento se limita a los propios talleres de vídeo en la facultad y a un monográfico de animación 2D. Me atrajo enormemente la idea de colaborar con Marco, intercambiando experiencias con otr@s artistas, con un nuevo soporte, intentando hacer visibles a unas mujeres impresionantes. Hacer grande una obra que vale tanto la pena y de la que me siento orgullosa de pertenecer.
Beatriz Galiana (Alacant, 1973), también conocida como Beatroz Desmond de los Galiánidos, es alicantina de nacimiento y valenciana de adopción, de padrón y de catastro. Licenciada en BBAA por la UPV, desde 1996 ejerce como diseñadora, pintamonas y técnico en actividades variopintas. Sus mayores aficiones son la lectura, todas las artes en general y el arte de la buena mesa en particular. Actualmente colabora en el proyecto documental «Flores en el Hielo» del realizador Marco Potyomkin, uno de los retos más enriquecedores con los que se ha topado en su dilatada carrera profesional y con el que espera alcanzar la fama intergaláctica.
Tras algunas vueltas por la geografía española y portuguesa, acabé viviendo en mi provincia de origen, en un pueblo del mediterráneo alicantino, no muy lejos de donde acabó Marco Potyomkin el director de la película, tras haber dado también algunas vueltas por otros lugares. Muchas cosas en común nos unían sin habernos conocido antes.
Me interesan las historias donde hay humanidad, donde hay sentimientos, donde aparece el comportamiento humano en la sociedad y cómo se relacionan las personas unas con otras en diferentes ambientes, si además sumamos a todo ello que las protagonistas son mujeres, mi interés aumenta por sentirme afín a ellas. En mi obra personal no hablo de historias de mujeres en concreto, el sexo del personaje con el que trabajo no es significativo, pero en este caso la historia lo requiere. Mi disposición y empatía aumentan con este relato visual, como madre de dos hijos, puesto que el hilo conductor son las experiencias reales que vivió una niña.
Una guerra es una situación anómala, o debería serlo. En ella se ven involucradas personas inocentes que quedan desprotegidas. El proyecto que me presentaba Marco trataba la luminosa imaginación de los niños, su poder de superación, su fuerza y fragilidad emocional, y en concreto todo el poder de una niña en una situación totalmente desmesurada, oscura y cruel. Esta película habla de historia, de mujeres fuertes, valientes, con coraje, que desde el anonimato dieron forma a la realidad, habla de oscuridad, pero también habla de luz e imaginación. La historia creo que no debe obviarse, que debe darse a conocer para intentar evitar caer en situaciones parecidas, aunque el tiempo que vivimos nos está demostrando lo contrario. Pero la imaginación y la creatividad son fundamentales para sobrevivir, y no sólo en tiempos convulsos. Es por ello que me parece fundamental dar luz a esta película y poner mis técnicas de ilustración y mis conocimientos en manos de Marco Potyomkin.
Hay un millón de cosas que me gustan desde pequeña, algunas son: mi familia, mi nombre, la mayor parte de las personas que aparecen en mi vida, la ciudad en que nací (Zaragoza, 1974), los animales y dibujar. Siempre pensé que sería veterinaria, pero me atrapó la escultura y acabé estudiando Artes y Oficios en Zaragoza. Al terminar decidí ir a Valencia a estudiar BBAA, en donde acabé tan harta de dibujar anatomía y estatuas que casi abandoné el dibujo por completo para dedicarme en cuerpo y alma a la escultura. En 2004 terminé mi tesis doctoral en el Departamento de Escultura de la Universidad Politécnica de Valencia. Desde 2001 soy profesora de escultura en la Facultad de Bellas Artes de Altea que pertenece a la Universidad Miguel Hernández de Elche. Disfruto con mi trabajo en los talleres, l+s alumn+s, l+s maestr+s de taller, el ruido de las máquinas y el olor de los materiales son la mejor recompensa. Mi relación con los audiovisuales empezó en la carrera, con grandes amig+s y compañer+s. Nos divertíamos grabando y editando todo lo que nos ha pasado por la cabeza (cortos, performances, exposiciones, fiestas temáticas y demás experimentos). Marco es una de esas personas hermosas que aparecen en mi vida, como la mayor parte de las personas que trabajan en este proyecto, much+s de ell+s compis de carrera. Casualidades de la vida, algunos hemos acabado siendo vecin+s en pequeños pueblos, de un vergel en la provincia de Alicante. Compartiendo vida e incluso ayudándonos en la crianza de nuestr+s hij+s. A falta de tener la familia cerca, hemos levantado una gran familia entre montañas. Ahora mismo estoy atascada con los dibujos, no tengo casi tiempo de dibujar, no me gusta lo que sale de mis intentos, pero aun así no tiro la toalla. Marco nos contagia con su ilusión y su trabajo incansable. Además, cuando vi los videos de las entrevistas de María Sesé, supe que quería formar parte de esta locura colectiva poniendo dibujos a sus palabras. Cuando Marco por primera vez me habló del proyecto, “Flores en el hielo”, me conectó con la historia de mi familia (como tantas en este país), mi tatarabuela, mi bisabuela, mi abuela, mi madre, una familia de mujeres fuertes. Mi bisabuela, una vez viuda, decidió no volver a casarse, pero fue la pareja de un sindicalista conocido como el Almendro. Durante la guerra los interrogatorios y registros se volvieron insoportables y huyó con sus hij+s, aún pequeñ+s, que acabaron desperdigados en diferentes lugares. Con mucho esfuerzo consiguió reorganizar la familia y volver a Zaragoza tras la guerra. Todas estas mujeres merecen tener voz, por fin, en un proyecto como este que nace del compromiso y crece con mucho esfuerzo y amor.
De pequeño siempre me gustó dibujar. Pero dejé de hacerlo en cuanto crecí y me hice un hombre. Porque dibujar… era cosa de niños.
De pequeño tenía sueños. Todos los perdí en cuanto crecí y me hice un hombre. Porque soñar… era cosas de niños.
De pequeño yo quería ser un hombre. Un hombre serio, responsable y respetado. Pero, al hacerme un hombre, olvidé al niño, y me vonvertí en un hombre rancio y gris.
Un día, Marco me enseñó sus apuntes para hacer el documental. Estaba como loco, mostrándome sus bocetos, ilusionado como un niño, y eso que el carácter de su documental me pareció algo serio, muy serio. Buscaba quien le ayudara haciendo unos pocos dibujos. Dibujos sencillos, sin complicaciones. Nada de efectos digitales ni de postproducción. Ni siquiera en color. Sólo lápiz y papel. Sólo la técnica que conocíamos cuando éramos niños.
A regañadientes, prometí hacerle un dibujo. No me pareció tan malo después de tantos años sin dibujar. Hice otro dibujo. Y sin darme cuenta, el niño que una vez fui, que dibujaba y tenía ilusiones, estaba a mi lado, animándome a seguir dibujando. A dibujar sin parar… A preguntarse el por qué de las cosas, y a buscar la verdad. A comprometerse con los ideales que la vida necesita, y que yo ya había olvidado.
Gracias al niño que hay en mí, soy un hombre que vuelve a luchar por sus sueños, con deseos… de saber.
Mi nombre es Paula, nací en Alicante un 30 de octubre hace 21 años. Actualmente estoy estudiando BBAA en la universidad Miguel Hernández de Altea. Ahora mismo les mando este vídeo desde México, dónde estoy cursando una Beca en la Universidad Autónoma de Yucatán.
A parte de estudiar BBAA, he realizado diversos cursos como monitora y profesora de niños de 3 a 12 años.
Me enteré del documental a través de una profesora de la universidad de Altea. Tras leer la síntesis de la película decidí ponerme en contacto con Marco para ver cómo podría ayudar en este proyecto. La historia de España despertó un gran interés en mí tras fallecer mi yaya, ya que a raíz de esto me enteré de muchas barbaridades que sufrió durante la guerra siendo nada más que una niña. Poco a poco fui conociendo más historias de otros familiares que me ponían la piel de gallina. Con lo cual que se recuerden todas aquellas historias de mujeres luchadoras me pareció una idea preciosa para no olvidar una parte de nuestra historia.
Nunca había trabajado en una película, y la verdad es que está siendo muy enriquecedor, tanto personal como profesionalmente. El hecho de plasmar ilustraciones en el papel la historia de tantas mujeres bajo esa represión, a veces te encoge el alma. En la secuencia que estoy trabajando sobre la cárcel de ventas, llego a empatizar mucho con las presas mientras las estoy dibujando. La técnica que estoy utilizando, es una mezcla entre acuarelas, tinta china y rotrin. De esta manera trato de crear una atmósfera de soledad e incertidumbre con el contraste del claro oscuro.
Estoy muy contenta de poder participar en este documental, ayudar a que no caigan en el olvido aquellas historias que marcaron una época.
Instagram: @paulalopezmart
Me llamo Elena y escribo desde los once años para entenderme y para entender el mundo que me rodea. Con el tiempo descubrí otra forma de expresarme: la ilustración. Gané un concurso de literatura en el instituto y con el dinero del premio me compré mi primera caja de pinturas, era de madera, la más bonita que había visto nunca, y junto con un bloc de dibujo me inicié en el dibujo. Con lo que sabía hacer conseguí recursos para hacer lo que me gustaba: dibujar. Y desde entonces escribo y dibujo. Va a épocas.
Más tarde estudié Diseño y acabé graduándome en la especialidad de Ilustración Artísitca en la EASD de Valencia. Desde entonces me dedico al diseño gráfico. En los últimos años he dado a luz varios hijos: cuentos, ilustraciones, un libro y a mi peque, que se llama Leo.
Adoro los libros y he conseguido rodearme de ellos trabajando en una editorial, pero sigo dibujando. Y aquí es cuando conozco a Marco. Supo de mí por la exposición de mis ilustraciones que hice para un libro. Me contó su proyectó y me enamoró «Flores en el hielo«.
Y el documental me ha secuestrado un trocito de mí. Y dibujo cada día un poco para ilustrar las palabras de una de las protagonistas de esta fría y bella parte de la historia, de nuestra historia.
http://www.elenagromazballesteros.com/
Estudió Bellas Artes en Granada, ha realizado diversas exposiciones: Jaén, Fontvieille (Provenza francesa), Churriana de la Vega (Granada), Beas de Segura (Jaén),…
Artista multidisciplinar, varios campos: ilustración, carteles, pintura, cómics y guiones en cortometrajes (El círculo del bosque).
Ha auto editado su primer cómic, “Space boy: Despertar” y el segundo en marcha. Con varios proyectos en marcha en el mundo del mundo del tebeo.
Colaboración con The olive press como bloguero caricaturista.
Actualmente preparando proyectos audiovisuales y portadas de libros de ficción, entre otras cosas.
“Me gustan las historias, contar algo al público, ya sea dentro de una pintura, en un cortometraje o en un cómic y con Flores en el hielo me atrajo mucho esa posibilidad y la de hacerlo de una forma nueva, poco explorada en el mundo del documental; usando la creatividad personal de cada dibujante para representar los recuerdos de los protagonistas. Creo que es un gran trabajo en equipo que gustará mucho a la gente”.
Nací en Casinos (Valencia), en 1958. Siendo la segunda de cinco hermanos, la necesidad de trabajar me llevó pronto a la capital. Esa misma necesidad determinó que me licenciara en Económicas, carrera acorde con mi vida laboral. Sin embargo, el arte siempre ha estado presente en mi vida, aunque, en épocas, sólo de forma latente, en esa forma de mirar y ver que espera la ocasión para poder plasmarse en materia.
Ángeles Calvo, me habló de «Flores en el Hielo«. Me interesó la historia que cuenta Marco. Me recordó lo que mi abuela, aún temerosa, me contaba sobre las duras épocas que sufrieron y que no alcanzamos a imaginar en nuestra piel.
Aplico la acuarela con mis pinceles y asisto a la magia de ver cómo, poco a poco, toman forma las imágenes, acercándome a aquella realidad, plasmada en blanco y negro.
Y espero esa otra magia que hará Marco uniendo esas imágenes para contar la historia de Zeika, haciendo comprender un poco mejor éste nuestro mundo, que heredamos de aquel.
Dibujar, soñar, amar.
Un lápiz, acuarela, tinta, carmín.
Pasan días, horas, minutos y segundos.
Ver crecer las semillas, a monitos, y el amor.
Tiza, carboncillo, el Cinema y la Wacom.
Salir a pasear y perder los malos recuerdos.
LLorar entre bastidores, y a escondidas reír.
Ser un Ronin.
El odio escondido tras las pequeñas cosas.
Aprender a pedir ayuda, arañar la vida.
Lápices de colores, los Poska y el Ruiseñor.
Cada palabra duele, cada gesto, vivir.
Ulises, Kieslowski y Bimba,
Maya,Tuso, Dinero, Kai y Nut.
Illustrator, Photoshop, Painter y ella.
Fotografiarlo todo, observar y escribir.
Escribir sin parar y en la tristeza, más, mucho más.
Las ausencias que duelen y las necesarias.
Cansado de perder, la felicidad, una libra de clavos…
«No hay luz en las guerras, fantasmas y sombras,
sobrevivir y crecer, hacerse mujer»
Un bonito reto, ilusión y miedo.
Es simple, despertar y luchar.
Dibujar, soñar y amar.
Natural del Mediterráneo pero adoptado por el Atlántico, nómada convencido, he vivido en tantos lugares como he trabajado y quizás he trabajado en casi tantos lugares como he vivido. Me recuerdo siempre con un lápiz en la mano. Desde pequeño tuve una zurda hábil y rápida, que no la diestra… en la escuela siempre dibujaba, en los pupitres, en las mesas, en las paredes, en la pizarra, incluso caricaturizaba a lxs maestrxs que se reconocían sin mayor malicia. Lo más gratificante es que sigo disfrutando como un niño con un grafito a día de hoy, esta pasión por el dibujo me llevó a estudiar Bellas Artes en Valencia y desde entonces,… dibujante, pintor, muralista, retratista, caricaturista,…
Actualmente estoy trabajando en la ilustración narrativa con mi aportación para tratar de enriquecer este fascinante proyecto «Flores en el hielo«, una oportunidad extraordinaria de reconocer la incansable lucha de estas mujeres que con su fortaleza y perseverancia consiguieron no desvanecer ante la tragedia y jamás perder su propia dignidad a pesar del terror con el que tuvieron que convivir. Estas protagonistas son todo un ejemplo a seguir, la visibilización de la valentía de sus vidas es una gran deuda histórica que no podemos dejar de lado. Su olvido no debe constatarse, el documental supone una muy interesante mirada al pasado que nos puede ayudar a comprender mejor nuestro presente.
Formar parte de esta realización bien merece el esfuerzo al que dedico mi tiempo. Muy agradecido a Marco por incorporarme a este equipo y a nuestra amiga en común por acordarse de mí para colaborar. Ante una propuesta de esta índole… como no hacerlo.
https://es.pinterest.com/chatabrochas72/
Dada la amplitud y diversidad del magnífico equipo artístico de la película, hemos pensado en las mejores condiciones de trabajo para poder desarrollar con agrado vuestra colaboración.
Un fuerte abrazo para José Palazón que nos ayudó tanto en Melilla para construir «El Baobab de piedra» (2011).
Sin sus fotografías imprescindibles hubiera sido imposible construir el relato a ambos lados de la valla.
Siempre miramos y señalamos muros y vallas lejanos, pero la vergüenza es que en nuestras vallas es donde se practica mayor violencia policial, con ausencia total de políticas sociales o de inserción. José Palazón lleva más de 20 años defendiendo seres humanos, refugiados, inmigrantes de todo tipo de vulneraciones de los derechos humanos.
José, un día veremos un mundo sin vallas ni muros. ¡Todos somos migrantes! ¡Abrazo enorme, compañero!
Marco Potyomkin
El próximo viernes 24 de Febrero, a las 18:00 horas, dentro de las Jornadas del 80 aniversario de la Revolución Social Española, organizado por CNT Palencia y el Ateneo Libertario Eduardo de Guzmán, se podrá ver «Sueños Colectivos«.
La proyección tendrá lugar en el local de la CNT de Palencia, calle Don Pelayo 14.
Gracias por difundir las ideas de Sueños!!
La primera proyección del año de «Sueños Colectivos» tendrá lugar en Olba.
Un pueblo montañoso, poco habitado, y posiblemente nevado estos días.
Un pueblo a la orilla del río Mijares,
entre bosques de ribera y bosques mediterráneos,
límite entre Teruel y Castellón,
en la comarca Gúdar-Javalambre.
No se nos ocurre mejor lugar para desplegar una pantalla y ver la historia de Sueños.
Viernes 27 de Enero, 18 horas, proyección de «Sueños Colectivos» en la Asociación «La Manduca» del Barrio de Los Ramones en Olba (Teruel).
Gracias por difundir las ideas de Sueños!!
El pasado Jueves 15 de Diciembre, a las 19:00 horas, tuvo lugar la proyección del documental «Sueños Colectivos» en el local del sindicato CNT Salamanca, dentro de sus Jornadas Culturales de Diciembre.
Gracias a todxs por difundir las ideas de Sueños!!
En conmemoración de la Revolución española,
el próximo martes 19 de Julio, a las 19:30 horas,
se podrá ver «Sueños Colectivos«,
en el local de la CNT-AIT de Toulouse,
7 rue Saint-Rémésy,
en el barrio de Carmes de Toulouse.
Gracias a todxs por difundir las ideas de Sueños!!
Potyomkin*Producciones 